Cuando hablamos de mejorar el rendimiento en una oficina, inevitablemente surge el concepto de productividad marginal. Este término, que puede sonar técnico o exclusivo del ámbito económico, tiene un impacto directo en el día a día de cualquier entorno laboral. En esencia, mide cuánto aumenta la producción al añadir un recurso extra, como un empleado o una herramienta, manteniendo constantes los demás factores.
Entender este concepto te ayudará a optimizar la organización de tareas y aprovechar al máximo los recursos disponibles. A continuación, exploraremos qué es la productividad marginal, cómo influye en el trabajo y cómo aplicarla para mejorar tu oficina.
Tabla de contenidos
¿Qué es la productividad marginal?
Antes de entrar en materia, vamos a aclarar qué es la productividad marginal. En términos sencillos, este concepto mide el aumento de producción que se obtiene al añadir una unidad adicional de un recurso, como el trabajo o los materiales, manteniendo constantes los demás factores.
Por ejemplo, si contratamos a un empleado más en una oficina y logramos atender a más clientes o realizar más tareas, estamos midiendo la productividad marginal del trabajo. Este concepto es clave para identificar cuántos recursos necesitamos y cómo podemos gestionarlos mejor para no desperdiciar ni tiempo ni dinero.
La productividad marginal no siempre crece de forma indefinida. A medida que aumentamos los recursos, es posible que llegue un punto en el que cada unidad adicional genere menos beneficios que la anterior. Esto se conoce como la «ley de los rendimientos decrecientes». En el entorno de la oficina, esto puede suceder si contratamos más empleados de los que el espacio o las herramientas pueden manejar eficientemente.
Además, este concepto es una herramienta valiosa para la toma de decisiones estratégicas. Nos permite evaluar si merece la pena invertir en más personal, equipos o formación. También nos ayuda a priorizar las áreas donde un pequeño cambio puede generar grandes mejoras en la productividad general. Así, evitamos malgastar recursos y optimizamos el funcionamiento del equipo.
¿Por qué es importante la productividad marginal en la oficina?
La teoría de la productividad marginal nos ayuda a entender cómo optimizar los procesos y recursos en el entorno laboral. Imagina que tienes un equipo trabajando al 100%, pero decides incorporar más personal sin mejorar las herramientas o el espacio de trabajo. En lugar de aumentar la eficiencia, podrías acabar saturando el sistema y reduciendo la productividad general.
Distribuir tareas de manera eficiente
La productividad marginal nos permite repartir las tareas de forma equilibrada. Esto significa que evitamos la sobrecarga de algunos empleados, lo que podría afectar a su rendimiento y motivación, mientras otros se quedan con menos trabajo. Al organizar las tareas correctamente, cada miembro del equipo puede desempeñar su función al máximo, mejorando la eficacia global y logrando resultados más consistentes y sostenibles en la oficina.
Calcular la rentabilidad de nuevos recursos
Antes de invertir en nuevo personal, equipos o herramientas, es esencial analizar si estos realmente contribuirán al aumento de la productividad. La productividad marginal nos ofrece una visión clara de la rentabilidad de cada recurso adicional, permitiendo tomar decisiones estratégicas basadas en datos concretos. Esto asegura que las inversiones realizadas generen beneficios reales y no se conviertan en costes innecesarios.
Evitar costes innecesarios
Si conocemos el punto en el que añadir más recursos no aumenta significativamente la productividad, podemos evitar gastos superfluos. Por ejemplo, contratar empleados adicionales cuando el espacio de trabajo o las herramientas ya están saturadas puede generar costes sin aportar valor. Analizando la productividad marginal, nos aseguramos de que cada gasto esté enfocado en mejorar el rendimiento de manera efectiva y sostenible.
¿Cómo calcular la productividad marginal?
Si te estás preguntando cómo calcular la productividad marginal, la respuesta es más sencilla de lo que parece. Este cálculo se basa en una fórmula básica que relaciona el cambio en la producción total con el cambio en la cantidad de un recurso utilizado. En concreto, la fórmula es:
Productividad marginal = Cambio en la producción total / Cambio en la cantidad del factor de producción.
Por ejemplo, imagina que en tu oficina decides contratar a un empleado más. Antes de su llegada, tu equipo completaba 20 tareas diarias, pero ahora logra finalizar 25. Según la fórmula, el cálculo sería:
(25 – 20) / (1) = 5 unidades de productividad marginal.
Este resultado indica que la incorporación de ese nuevo empleado ha aumentado la producción diaria en 5 tareas.
Es importante tener en cuenta que este cálculo no solo se aplica al trabajo humano. También puedes analizar la productividad marginal al invertir en tecnología, mejorar equipos o rediseñar los espacios de trabajo. Lo fundamental es observar cómo cada cambio afecta directamente a los resultados generales.
Calcular la productividad marginal te permite tomar decisiones más informadas, optimizar recursos y evitar inversiones innecesarias. Al conocer este concepto, puedes identificar qué cambios serán más beneficiosos para tu oficina y mejorar la eficiencia global de tu equipo.
¿Cómo afecta la productividad marginal del trabajo al rendimiento?
La productividad marginal del trabajo mide el impacto que tiene un empleado adicional en la producción. Si el equipo está bien organizado y los recursos son suficientes, el rendimiento mejora. Sin embargo, si el espacio o las herramientas son limitados, el efecto puede ser negativo.
¿Qué pasa cuando la productividad marginal disminuye?
Cuando la productividad marginal disminuye, significa que cada unidad adicional de recurso (como un trabajador, equipo o herramienta) genera menos beneficio que la anterior. Este fenómeno es conocido como la ley de los rendimientos decrecientes y tiene un impacto directo en la eficiencia de cualquier oficina. En términos simples, al llegar a un punto en el que añadir más recursos no aporta un aumento proporcional en la producción, se comienza a desperdiciar dinero y tiempo.
Por ejemplo, si incorporas un nuevo empleado a tu equipo, pero el espacio de trabajo y los recursos son limitados, ese empleado puede no ser tan productivo como esperabas. La sobrecarga de tareas o la falta de herramientas adecuadas puede hacer que la productividad general del equipo se vea afectada.
En un escenario donde la productividad marginal disminuye, la oficina puede enfrentar problemas como el estancamiento en los resultados o incluso un retroceso en la eficiencia. Además, se pueden generar conflictos laborales o frustración entre los empleados, que pueden sentir que están trabajando en condiciones que no permiten explotar su potencial al máximo.
Es crucial identificar cuando ocurre esta disminución para evitar seguir invirtiendo en recursos que no generarán el rendimiento esperado. Ajustar la estrategia y optimizar los procesos antes de llegar a este punto puede prevenir pérdidas innecesarias.
Productividad marginal en la oficina: casos prácticos

Vamos a explorar ejemplos prácticos sobre cómo aplicar la productividad marginal en el día a día de tu oficina. Veremos situaciones comunes donde este concepto puede ayudar a mejorar la eficiencia y a tomar decisiones más estratégicas.
Incorporación de nuevos empleados
Imagina que contratas a un nuevo empleado para tu oficina. Inicialmente, este aumento en personal puede mejorar la producción, pero con el tiempo, la productividad marginal de ese empleado puede disminuir si no se optimizan las tareas o el espacio. Es clave evaluar cuándo el incremento en personal deja de ser rentable. Entender este aspecto es importante para entender la productividad en la oficina.
Mejora de herramientas y tecnología
Incorporar nuevas herramientas o tecnología puede mejorar la productividad marginal al reducir el tiempo que los empleados dedican a tareas repetitivas. Sin embargo, si el equipo no está capacitado para usar estas herramientas o si no hay una adecuada integración, la productividad marginal podría caer. Asegúrate de realizar una capacitación adecuada.
Rediseño del espacio de trabajo
Reorganizar el espacio de trabajo es otra forma de aumentar la productividad marginal. Un ambiente de trabajo más eficiente y cómodo puede facilitar la colaboración y reducir distracciones. No obstante, si se añaden demasiadas estaciones de trabajo sin considerar el espacio disponible, la productividad podría verse afectada negativamente debido a la falta de comodidad. Saber cómo dividir la oficina para optimizar el espacio de trabajo puede suponer un aumento de la productividad del trabajador.
Optimización de procesos internos
A veces, mejorar los procesos internos tiene un mayor impacto en la productividad marginal que contratar más empleados. Al optimizar el flujo de trabajo y eliminar pasos innecesarios, se puede aumentar la eficiencia sin necesidad de recursos adicionales. Sin embargo, es vital no sobrecargar el sistema con demasiados cambios de golpe.
En resumen, entender y aplicar el concepto de productividad marginal es fundamental para gestionar recursos y maximizar el rendimiento en la oficina. Desde la contratación hasta el diseño del espacio, cada decisión debe basarse en este análisis para garantizar un entorno laboral eficiente y rentable.
En nuestra empresa, somos especialistas en vaciados de oficinas y desmontaje de muebles, ayudándote a transformar tu espacio para que se adapte perfectamente a las necesidades de tu equipo. Si estás pensando en renovar tu oficina o necesitas optimizarla, no dudes en contactarnos.